10/05/2010

G.F.

GENERACIÓN FURTIVA
A María Francisca

“Quién dijo que la horca era una martirio”
Rafael Alberti.

Vivir es pender de un hilo
Los metarrelatos caen
Los objetivos se bifurcan
Cada día es un encierro
Cuyas habitaciones desfallecidas
son lugares de creación

No hay para vivir ni comer
Sin previa desgracia
Sin los entrañables
Los amigos
Que se ignora sus verdaderas pretensiones
Sus enfermedades conectadas a la base de datos
Masticando el primor y el falso temperamento
Por cierto
Siempre con el brazo extendido
Para brindar sobre las mismas inconsecuencias mentales
Los mismos delirios que se hacen cada vez más patéticos y más ambiciosos
El mismo naipe español
Que entre brisca y poto sucio
Me hizo descorchar varias botellas de vino
Juegos clásicos y de choros, por supuesto
Vivarachos para la suma y resta
Y para la rayuela corta
Limpiándose entredientes
los restos de hígado de chancho.
Sindicalizados amigos de la insondable desgracia
Que ven su futuro y su avatar
En los juegos de lotería
En la pollagol
En la hípica
En las peleas de gallo
Todas, inoficiosamente
Un resultado perdido y esquelético
Como tu ex esposa
Igualmente insana y ladina
A propósito de la generación del 68
Quien le puso ruedas a tu casa
Aún recuerdo sus piernas de acril
Filamento por filamento cosido impecablemente por una saliva cosmológica
Creo que jamás le escuche un garabato
Y es lo más probable
Si su boca era un extraordinario y sabroso panal
Cuya miel sólo permanecía en mis mejillas
Beberla habría sido un fuerte coscacho, seguramente.

Pero los cabrones del 68 somos fraternos
Nos cedemos puesto en las filas interminables del INP (IPS)
Hipotetizando fraguar un robo a mano armada
Cartereando y manoseando a una cuarentona buenamoza
Dinamitando el lugar y muriendo totalmente embravecidos
Como si Belial se apoderara de nuestro sistema locomotor
Y aún riendo desorientadamente.
Pero no.
Sólo nos ajustamos a recibir las lukitas de siempre
Nos limitamos a consumir la misma pichanga y las mismas cañas de pipeño
Misóginos insignes de una vida procelosa
Que ya viejos
Seguimos leyendo las banalidades del horóscopo
Seguimos negando la autenticidad del diagnóstico médico
Seguimos compitiendo dramáticamente en quién se masturba más veces durante el día
(a veces el mismo porno resulta más irritante que el acto)
Adolfo Corales rehusaba en tal ejercicio
Quizás muy metódico o irrestricto
Los lenguaraces de sus cercanos aseguran
Que lo han visto masturbarse observando a través de la ventana
Cuya separación entre la cortina y el marco
No supera los cincuenta centímetros.
De todas maneras Corales es un tipo noble
Tal vez es quien domina mayor conocimiento que el resto
Sabe de pescados y bebidas
Tiene una fábrica de alucinaciones en su cochera
De objetivos fundados y de mundos infrarrealistas
Viola el tiempo
Hace del presente un pasado y un futuro perfectamente lícito
Creado sólo a partir de su pensamiento ecuacional
Los signos y los símbolos son para él una verdad impostergable
Capaces de hacer vivir y pervivir un gnomo, un unicornio,
Un Quijote, un Bolaño, un Silva, un Pessoa, un Artaud, un Chocano,
Un Vallejos, un Borges, una Storni, un Banville, una Ibarbourou, un Lihn,
Un Pedro, un lucho, un tito y a otros tantos que no conviene citar
Pero si sobre nuestra rancia buhardilla
De nuestro infortunio
De nuestros cuerpos como indefectibles mapas conceptuales
Peligrando y a menudo invocando
Nuestros propios nichos
Que la muerte
Nos convida.

1 comentario:

naranja-inarrancable dijo...

¿alguien dijo que vivir era un martirio?