3/22/2008

POEMAS

DESILUCIÓN ÓPTICA

El joven digitó desde su teléfono los números que aparecían en la pantalla de su televisor marca “national” con el propósito de juntarse con una chica. Son esas típicas líneas amor, cupido corazón, líneas eróticas, etc. El joven se organizó con la chica a la hora y el lugar en donde se encontrarían.
Llegó el día de la cita, el joven vestía impecablemente y perfumado con la colonia “454” que le habían regalado para su cumpleaños. Cuando llegó al lugar del encuentro y diez minutos atrasado, vio, tembló y corrió sin explicación alguna: la chica era de brazos peludos, contextura gruesa y de ciertos vellos enrulados de sus dudosas piernas.



EL VIEJO Y SU ALMACÉN


Y es aquel señor del almacén de la esquina 22, 35, de la villa Mantígona:
De estatura mediana, pelo blanco brillante, grueso, y cuyo delantal de género,
EvocO sentimientos de MI abuelita.
El señor de la tienda se preocupa por tener bien abastecida su tienda,
El señor de la tienda saca las cuentas con papel y lápiz
(indudablemente son buenos matemáticos)
el señor de la tienda corta el fiambre con su vieja máquina “Texas”- manual de dos rodillos-
al señor de la tienda le duele la cabeza porque sus clientes insensatos no pagan el fiado
el señor de la tienda no puede cagar y atender a la clientela al mismo tiempo: prefiere cagarse antes que lo caguen con algún producto costoso.
El señor de la tienda suele tener en su negocio o un par de tortugas acuáticas, o un par de cacatúas multi colores, pues el público disfruta del mundo animal.


El señor de la tienda es el weón más pesado del vecindario!!!!
El señor de la tienda es el weón más feliz a fin de mes!!!!
El señor de la tienda tiene dos hijos fletos:
Uno transformista-nocturno-barato
(que llega por las mañanas borracho y hediono a gicarrillo barato, en un auto barato, con gente barata y espejos retrovisores baratos)
y otro que corta el pasto por las tarde (y que en la noche se encierre en su cuarto para chatear con homosexuales por MSN y convocar una party gay 2000nunca).

El señor de la tienda es un gran profeta y adivinador:
“si vecina, hoy va a llover” “ ¿supo que encontraron a Paul Shafer?” “mírenlo, si su hijo es todo un hombre” (cuando en realidad tiene, con suerte, unos cuantos mostachos y unas cuantas espinillas reventadas)
El señor de la tienda disfruta de un buen asado los días domingos por las tardes: papitas cosidas, asado de costilla, pebre picante, ensalada a la chilena, vino tinto de reserva y todo esto acompañado de una música de españoles maricuecas.
Día Lunes:
“Puta que estoy corto de dinero, de verdad, mañana le cancelo…cuánto es…mejor la semana siguiente, le parece…gracias, hasta luego”.

El señor de la tienda está cansado de que le sigan robando!!!
Dos zapallos familiar, cinco jugos caricia, dos botellas de ron Jamaica, una caja completa de tabletones (galletones) y bolsas de guaguitas.
El señor de la tienda se dispuso a tomar medidas extremas de seguridad:
Compró a precio módico un sensor blanco que le indica cuando un cliente entra y sale del almacén
Así, como llamado de apareamiento, corre cuando una persona entra.
Al cabo de dos semana se le agotaron las pilas:
El sensor-inter-supra-infra-tecnologista- se lo acaba de llevar el viejo del saco.
El señor de la tienda se cansó
El señor de la tienda probará suerte, mejor, en el Kino, en el TINCAZOO, o en la Polla Gol.
El señor de la tienda nos dejó, pero quizás algún día llegué, pero no con su viejo y anticuado almacén:
llegará vendiendo marihuana a los jóvenes de la villa.
(que dicho sea de paso es mejor y más estimulante que vender Clorindas y confort de cincuenta pesos)



LA ESTATUA DE COLO – COLO.

Fui un caudillo araucano, amante de la libertad de mi pueblo y de sus derechos.
Me destaqué por mi flamante sabiduría y logré unificar a varias tribus indio – mapuche.
Me enfrenté a un tal Pedro de Valdivia y, junto a mis hermanos, le dimos la muerte inmediata.
Fallecí en 1561 en una lucha contra los españoles en la batalla de Lumaco.Tolero muchas cosas. Soy capaz de perdonar hasta lo insospechado. Pero si alguien se atreve a dibujar un pene gigante en mi cara, expuesto a la burla de todos, pues que Dios lo tenga en su santo reino.
¡EXIJO SER ESCUCHADO![1]

Todos escribirán sobre lo mismo: coimas, fraudes, sobornos municipales, La L.O.C.E., La educación de calidad para todos, Plan Auge, Transantiago, el Metro, Bachelet, Selección chilena, la Rojita, el koala, el Passapoga, la muerte de Pinochet, el contrabando y la reducción de especies en el Paseo Ahumada, Piñera y Chilevisión, Piñera y Colo Colo, Piñera y todo Chile, el cerro Santa Lucía, el río Mapocho, etc. Por lo tanto, que el concurso literario nacional se llame “Santiago en 100 palabras” es un garrafal error: desde ahora pido que se llame “Santiago sin palabras” y punto.

[1] Trabajo enviado el año 2007 sin obtener resultados positivos. Los ganadores fueron una insolencia a la escritura chilena. En consecuencia, nunca más participaré de aquellos concursos. Le sugiero, señor lector, que se de una vueltecita por los cuentos ganadores. Ahí aparece una nómina con las obras, el nombre del autor y el año en que fueron elegidas. Una vergüenza.

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