4/14/2010
A propósito del terremoto.
CUANDO DORMÍ EN EL TAGADA.
Talca es un pedazo de biscocho
Mordido por la natura
Gritos
Garabatos
Hemorragia de saliva
Un oleaje de cables y sismos
Un adobe marchitado
Por la efervescencia.
Concreto pende de las cuerdas musicales
El casco antiguo
Es una torre de naipes
Edificada con engaño
Y nuestros emblemas
Se comprimen en polvo y cobre.
Los saqueos (otra perspectiva del weón – mirón)
Es un canje de productos (inoficiosamente)
Sostenes inundan calles
T.V., plasmas miran el horizonte
Celulares navegan por el alcantarillado…
Talca es un campo minado
Y uno se hace caca
Pierna tambaleante
Supermercados en llama
Corazón dilatado.
La ayuda ha recibido sobre azul
Y queremos limpiar nuestro wáter
(Papitos monos miran y se van)
Su cuota se comunica
A través de una radio-estación
Cuyas medidas callan a los sordos.
Talca se desgrana
Y el ojo humano cae al suelo
El soporte audiovisual parece ser la tónica:
Gente, colchón, barricada, iglú
Triada: carabineros, PDI, militares.
La escasez sería comernos a nosotros mismos
La fortuna sería placas tectónicas de repuesto
(ojo 9.0 mercalli es similar a una mordida de araña o, en el peor de los casos, ingestión accidental de agua bendita).
Talca vivió un efecto centrífugo
Un torbellino norteamericano
Que arrastró ángeles, costas, casas, cuerpos, titos y Pedros…
Sin duda
Esta juguera acaba de agotar su batería.
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