Es valorar su actitud, que frente a los cambios tecnológicos y las ráfagas de la empresa postmodernista, se mantuvo firme preservando lo que es propio de su pueblo, de la identidad cultural, de su vida en el campo chileno:
“A la Luna, amor,
Al amor, cantar;
Al arroyo, flores…
Nada más, nada más.
El que vive pobre,
Vive de esperar.
Una estrella brilla…
Nada más, nada más.
Los esteros corren
Camino del mar.
Benditas las aguas.
Nada más, nada más…”
(González Bastías -Canto de la Era)
Por primera vez mi desvío mental se hizo patente en el hosco Inírida, cuando oí a las arenas suplicarme: “No pises tan recio, que nos lastimas. Apiádate de nosotras y lánzanos a los vientos, que estamos cansadas de ser inmóviles.”(p. 91)
Tras su emigración, Cova se contacta con Fidel Franco. Él tenía una estancia tan simple como reconfortante. Allí reside con Griselda, su esposa. No podemos dejar inadvertido a los subpersonajes que toman forma y cuerpo del primer capítulo como El mulato Correa, Don Rafo (compañero del padre de Cova en campañas), Pepe Morrillo Nieto (el Pipa) que más adelante desempeña un cargo no menor, Sebastiana, entre otros. Sin embargo en este segmento aparece el cáncer del argumento: Narciso Barrera. Aparente cortesía de salón baña su imagen. Empero en la continuidad de la historia, se caracteriza por un espíritu ruin, con muchos secuaces a sus órdenes, con bienes materiales conseguidos de manera sospechosa. Gusta de fama, dinero, alcohol y mujeres. Alicia no parece ser la excepción:
- ¿De dónde salió ese sujeto? – dije en tono brusco, encarándome con Alicia, apenas quedamos solos.
- Llegó a caballo por aquella costa, y la niña Griselda lo pasó en la curiara.
- ¿Tú lo conocías?
- No.
- ¿Te parece interesante?
- No.
- ¿Resuelves aceptar el perfume?
- No.
- ¡Muy bien! ¡Muy bien!
Y rapándole el frasco del bolsillo del delantal, lo estrellé con furia en el patio, casi a los pies de la niña Griselda, que regresaba.
- ¡Cristiano, usté ta loco, usté ta loco! (p.28)
A menudo y como es singular en toda la novela, aparecen y desaparecen personajes que agregan una pizca sutil, ya sea de forma directa intercambiando diálogos y haciéndose partícipes o bien actuando de manera tácita. Sólo quiero enfatizar a una mujer: Clarita. Asistió a Cova tras recibir un disparo. Se establece una oculta relación. Ella practica la prostitución involuntariamente, añorando por tener una vida normal alejada de las acciones pecaminosas. Clarita atiende a todos, pero centraba su atención en el joven Cova. No obstante se disgusta al enterarse que tenía otra mujer. Clarita desaparece del escenario. Cova y Fidel tiene otros objetivos a priori: la búsqueda de Griselda y Alicia que huyeron en rumbos desconocidos. Fidel quemó su propio rancho, hay ataques de locura, Cova expresa: ¡En medios de las llamas empecé a reír como Satanás! (p. 70)
la historia comienza a desenvolverse con un hermetismo absoluto. No sólo abundan personajes, sino imágenes poéticas. Leyendo la primera plana, podremos descubrir el papel medular de la selva, sus propiedades y la interacción escabrosa entre individuos y alma natural. Digámoslo resueltamente. Es una anotación con tintes líricos invocando los típicos elementos de los Classic poetry: Luna, cielo, lomas, astros, dioses, paraíso, llorar, amar, ilusión, hombre, penumbra, majestad, cementerio, resucitar, luz, vibración, sangre, día, mujer, desiertos, venganza, pechos. Tanto hipérbaton y como hipérboles podemos encontrar. Tantas comparaciones como reiteraciones deslumbramos. Es como un poema del autor colombiano Porfirio Barba Jacob quien enmarca bellamente algunos recursos:
“…Hay días en que somos tan lúbricos, tan lúbricos,
Que nos depara en vano su carne la mujer:
Tras el ceñir un talle y acariciar un seno,
La redondez de un fruto nos vuelve a estremecer…”
(Barba Jacob – Canción de la Vida Profunda)
Arturo Cova y sus acompañantes se ven atemorizados por el fantasma de la selva. Ésta los conduce por reacciones adversas: los domina, se mofa y los retuerce hasta hacerlos perder la cordura. Un día el joven Cova conoce a Clemente Silva. Un viejo cuya experiencia en la selva les proporcionó seguridad en sus travesías. Rápidamente se generan lazos de confianza. Clemente Silva tiene poder y aconseja a los aventureros de los peligros en que están inmersos:
- ¡Cómo! ¿Por qué?
- Porque pisa con desconfianza y a cada momento mira atrás. Pero no se afane ni tenga miedo. Es que algunos árboles son burlones.
- En verdad no entiendo…
- Nadie sabe ha sabido cuál es la causa del misterio que nos trastorna cuando vagamos en la selva, sin embargo, creo acertar en la explicación: Cualquiera de estos árboles se amansaría, tornándose amistoso y hasta risueño, en un parque, en un camino, en una llanura, donde nadie lo sangrara ni lo persiguiera; mas aquí todos son perversos o agresivos o hipnotizantes. Bajos estos silencios, bajo estas sombras, tienen su manera de combatirnos: algo nos asusta, algo nos crispa, algo nos oprime, y viene el mareo de las espesuras y queremos huir y nos extraviamos y por esta razón miles de caucheros no volvieron a salir nunca. Yo también he sentido la mala influencia en distintos casos, especialmente en Yaguanarí. (p. 131)
Después de todo o nada es conveniente especificar cuatro puntos finales:
Se les acusa de tráfico de drogas, violaciones y torturas a menores, quebrantar con el Derecho Internacional Humano y otras entidades del bien común. Dichos organismos como Human Rights Watch, le han solicitado a las FARC que deje de usar armas no convencionales (cilindros bombas, por ejemplo), pues según estos: "El continuo uso de cilindros de gas por las FARC muestra un flagrante desprecio por la vida de los civiles por parte de estos grupos armados". Y no sólo se advierten armas de esa envergadura, sino que suelen utilizar elementos químicos cuyos efectos son evidentemente terribles.
Se financian a través de los secuestros, el robo de ganado y los ingresos que obtienen del tráfico de drogas (más específicamente del polvillo blanco que enloquece al ser humano). Los secuestros, que en ello reciben millones de dólares, son efectuados con niveles de relatividad. Pueden ser de un tiempo breve como también pueden prolongarse por más de diez años. Íngrid Betancourt lo grafica básicamente, que postulando a la presidencia de Colombia, accedió a dialogar con los miembros de la FARC, no obstante termina siendo rehén.
Este sector terrorista tiene su repercusión en otros países: Venezuela, Perú, Ecuador, Paraguay, México, interviniendo en decisiones, siendo albergue de torturados y participando directa o indirectamente de su accionar. Mas nos surge la pregunta ¿acaso Rivera, que por medio de la literatura, fraguó una suerte de profetar al anunciar las injusticias de su tiempo y que hoy repercute con mayor intensidad? ¿Colombia y su tempestuoso itinerario histórico - social parecen interminables en actos infrahumanos, cuya realidad patriótica se relaciona más con meros discursos que con un compromiso cívico normal? ¿Podríamos aventurarnos a consensuar que el texto exploratorio – poético “La Vorágine” manifiesta acertadamente las melodías de un himno nacional, pues su estructura recoge no sólo un lenguaje propio, rico en expresiones y refranes, sino también condensa el pensamiento colectivo e ideológico de un pueblo intranquilo?
Y es que la Vorágine en su máximo esplendor es un concepto absoluto que debe profundizarse rigurosamente.
y murieron por la carencia de medios curativos. O quizás se perdieron en la finitud de los pantanales repitiéndose la historia del naturista francés Mosiú. Estas coincidencias no resultan fortuitas, pues para Eduardo Neale – Silva ciertos personajes de la obra adquieren un grado de veracidad. En este sentido Neale – Silva compara los personajes literarios con amigos o conocidos de Rivera. Por ejemplo, Narciso Barrera se llamaba Julio en la vida real, Zoraida Ayram se llamaba Narcisa Saba y El Mosiú se llamaba Eugenio Bobuchon. Ciertamente gran capacidad de ingenio y maestría en Rivera.
NOTAS
[2] Véase para mayor información el artículo del poeta Bernardo González: http://poesia-maule.com/revista/poeta/ensayos/article_69.shtml.
[3] También cabe recalcar que en prefacio de la tercera parte se manifiesta una posesión lírica admirable: muchos artefactos, singularidades apostróficas, alabanzas a hombres de trabajo y esfuerzo, etc. Corresponde a la consecución de un tratado lírico subliminal. Cova es un ser retórico por excelencia.
BIBLIOGRAFÍA
Biblioteca del oro del estudiante, “La Vorágine” de José Eustasio Rivera, Sociedad editora revista VEA Ltda., Santiago, 1987.
Gran Diccionario Enciclopédico Ilustrado, Ediciones Occidente S.A., Santiago de Chile, 1993. p. 1.196.
Poesía Universal: Grandes Poemas, Empresa editora Zig – Zag S.A., Santiago de Chile, 1950. p. 426, 482.
WEBGRAFÍA
González Koppmann Bernardo: “Jorge González Bastías: Fundador de la Maulinidad”, http://poesia-maule.com/revista/poeta/ensayos/article_69.shtml.
La FARC: “Una Empresa interminable”: http://es.wikipedia.org/wiki/Fuerzas_Armadas_Revolucionarias_de_Colombia#Violaciones_al_Derecho_Internacional_Humanitario.
“La elegancia de Gonzalo Fernández de la Mora” Por Juan Luis Callejas: http://www.galeon.com/razonespanola/r114-cal.htm
2 comentarios:
Tienes 1.349 visitas. Eres popular, jeje.
Nunca leí ese libro, creo habértelo dicho. Analizando la historia, a través de tu ensayo, la verdad es que tampoco me interesa mucho leerlo. Mera flojera.
Pero tengo que destacar, eso sí, tu capacidad de analizar y redactar. De ver ciertas cosas donde quizás alguien más no las vería.
Me están invadiendo.
Un beso niñito (o besososos, como dices tú). Nos vemos algún día, ojalá luego.
Me invadieron.
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A qué te refieres con la técnica bertoneana que, según tú, está obsoleta????
Ahhhhh???
te molestó lo del diálogo, te caché.
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